Hasta 1989 y por más de 50 años, el aborto estuvo permitido en Chile en casos de peligro de muerte de la madre o inviabilidad del feto. Tuvieron que pasar más de dos décadas para que la discusión volviera a la palestra y, luego de un encendido debate, que se prolongó por varios meses, en marzo de este año la Cámara de Diputados aprobó, en general, el proyecto que despenaliza la interrupción del embarazo en tres causales: inviabilidad del feto, riesgo para la vida de la madre y violación. Ahora, la última palabra la tiene el Senado… Pero mientras ello ocurre, la sociedad sigue debatiendo sobre esta y otras materias que han sido catalogadas como discriminatorias contra la mujer.
En este contexto, la carrera de Relaciones Públicas con mención en Marketing del DUOC UC decidió recoger las inquietudes que gatillan estos temas y sobre los mismos organizar su 5to Laboratorio, denominado “50 & 50: no existe diferencia”.
La actividad contó -como principal oradora- con la participación de la Coordinadora del Magíster en Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y Directora Vocal de Amnistía Internacional Chile, profesora Tatiana Rein Venegas, quien en su presentación se refirió a los derechos sexuales y reproductivos de la mujer.
En la oportunidad, la abogada y académica pasó revista al contexto general en que hoy se desenvuelve la mujer y las distintas manifestaciones discriminatorias a las que debe hacer frente, de manera transversal, tanto en el mundo público como privado.
“Aparte de la brecha salarial, diversos estudios nos demuestran que como país aún nos queda mucho por hacer para igualar las condiciones y participación de la mujer en los más diversos ámbitos. Como ejemplo, puedo señalar que somos uno de los países de América Latina con más baja participación de mujeres en el Congreso, después de Brasil, Guatemala y Paraguay. Otro dato al respecto lo aporta en número de mujeres postulantes a las primarias municipales de este año, que solo llega a 57 versus 191 hombres. De acuerdo a datos del Sernam, no más del 3% de mujeres integran directorios de empresas, cifra que contrasta con el casi 40% de representación que en cargos similares tienen en Noruega”, comentó la académica del IEI.
Pero la discriminación hacia la mujer no se agota en temas que conciernen a su desarrollo profesional y al grado de participación que se le otorga en la sociedad, sino que también vulnera –según explicó la profesora Rein- sus derechos sexuales y reproductivos.
“Y la expresión máxima de esta discriminación es la violencia. Según datos arrojados por la Encuesta Nacional de Victimización por Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales, realizada en 2012, el 31,9% de mujeres en Chile ha sufrido violencia psicológica, física o sexual a lo largo de su vida. Por su parte, de acuerdo a cifras entregadas por UNODC y la Unidad de Delitos Sexuales de la Fiscalía Nacional, Chile es tercer país en el mundo con mayor tasa de abuso sexual infantil por casa 100 mil habitantes. Asimismo, 17 personas son violadas cada día (74% es menor de 18 años). Finalmente, de acuerdo a registros del Sernam, en 2015 se cometieron 45 femicidios y a mayo de este año ya iban 15 femicidios”, destacó.
Ya de lleno en el tema de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, la académica recordó que junto a Chile solo hay nueve países más en el mundo donde el aborto es considerado un delito, aún cuando el 73% de nuestra población estima que es necesario despenalizarlo, por lo menos, en casos de riesgo de vida de la madre, violación y/o inviabilidad del feto.
“El que el aborto esté tipificado como delito no significa que no se practique. De hecho, según cifras del Ministerio de Salud, en el país se llevan a cabo, en promedio, unos 33 mil abortos al año, número que contrasta con el entregado por el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva, que estima unos 60 mil a 70 mil abortos al año, frente a los 160 mil que estima Albagly. Solo en 2014 se iniciaron acciones legales por aborto consentido contra 174 personas, de las cuales 113 eran mujeres”, sentenció.
En este contexto, la académica explicó que desde 2007 Amnistía Internacional trabaja en la protección de los Derechos Sexuales y Reproductivos de la mujer, entre los que los que se encuentra la posibilidad de realizar un aborto, en condiciones seguras, en caso que se reúnan ciertas causales. De hecho, en el año 2014 la ONG lanza la campaña “Mi cuerpo, mis derechos”.
A modo de conclusión, la profesora Rein destacó que la discriminación contra las mujeres permea todos los ámbitos y se manifiesta perpetuando estereotipos de género. “Un ámbito es que se manifiesta es en el de los Derechos Sexuales y Reproductivos, que el Estado tiene la obligación de proteger”.
