Walter Sánchez:

"Los Brics pueden ser un aporte original para una mejor 'gobernanza' a nivel mundial"

"Brics puede ser un aporte para una mejor 'gobernanza' mundial"

El Director Adjunto del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile formó parte de los autores que dieron vida a la publicación "Brics: El difícil camino entre el escepticismo y el asombro", que será presentado el 15 de mayo en Chile, en el marco de la inauguración del Año Académico del IEI.

En 2007, el esfuerzo de Estrategia Latinoamericana, un grupo de destacados consultores que une distintas instituciones de México -como es el caso de la Universidad Nacional de México, el Centro de Investigaciones Jurídicas de esa misma casa de estudios, la Cámara de Diputados de la nación azteca, más otros organismos- reúne a más de 30 investigadores y connotados académicos para analizar en detalle la génesis y alcances de lo que hoy se conoce como "Grupo Brics".
En este contexto y con la intención de que este trabajo multidisciplinario también contara con un actor que representara una visión más distante de la mirada mexicana y de los países Brics, es que se invita a participar de este proyecto al Director Adjunto del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, profesor Walter Sánchez.
La acuciosa investigación de estos profesionales ve la luz en 2011, quedando plasmada en el libro "Brics: El difícil camino entre el escepticismo y el asombro", el cual es coordinado por el Doctor Arturo Oropeza García y que incluye el ensayo "Brics: Una visión geopolítica en el Siglo XXI", elaborado por el profesor Walter Sánchez.
"El libro, que será lanzado en Chile este 15 de mayo en el marco de la inauguración del Año Académico de nuestro Instituto, constituye una buena radiografía del potencial económico, agrícola, energético, político y jurídico de los distintos países que conforman el Brics, y cómo esto puede afectar las políticas exteriores de otras naciones en un escenario internacional distinto", comenta el Director Adjunto del IEI.

-¿Cómo se entiende el fenómeno Brics en la actualidad, tanto en el plano del paradigma geopolítico como económico?
-El aporte más importante de este nuevo referente es que no estamos en presencia de un G-8, de un G-20; tampoco de una Unión Europea ni de un Mercosur. La realidad de los Brics es que sus integrantes son países con un ADN muy distinto. Ello podría llevar a cualquier observador a pensar que esto no es más que una propaganda de mercadotecnia de Goldman Sachs (banco de inversiones estadounidense que ideó la fórmula Brics). Sin perjuicio de lo anterior, lo cierto es que los Brics han ido tomando cuerpo, lo que quedó de manifiesto en la última cumbre que sostuvieron en marzo pasado, en Nueva Delhi, donde los presidentes de los países integrantes hicieron pronunciamientos claves sobre cómo mejorar la ‘gobernanza' mundial.
Estos pronunciamientos pueden definirse como una concertación de intereses de estas potencias emergentes para mejorar la gobernabilidad del sistema político internacional. Esto significa que ya no solo la responsabilidad del orden mundial está en manos de las potencias tradicionales (Estados Unidos y Europa Japón que ahora están atravesando por una crisis muy severa), sino que se descentraliza el sistema de decisiones internacionales.
La genialidad de este aporte, en el cual América Latina está representada por Brasil, abre un espacio de participación en un sistema global menos jerárquico y más descentralizado, donde todos los actores pueden tener voz y donde desde el esquema tan rígido de bipolaridad va dando paso auna multipolaridad hasta devenir en a un escenario más apolar.
En síntesis, el Brics abre una gran ventana de oportunidades. Esto es muy importante para países como el nuestro, pues si buscamos jugar en las grandes ligas, resulta importante aprender de la experiencia de países como los que conforman el Brics.
La idea, precisamente, es ir creando una especie de Observatorio virtual en la región, con sede en Chile y en nuestro Instituto, para poder hacer un seguimiento de las prioridades que van fijando estas potencias emergentes en la agenda internacional.

-¿Cuán factible y sostenibles en el tiempo son los planteamientos actuales de los países Brics?
-En el fondo, los países Brics están planteando una estrategia distinta de ‘gobernanza' internacional, distante -hasta cierto punto- de las potencias clásicas y de su visión tradicional enclavada en la política exterior de Estados Unidos y la Unión Europea. No se trata de romper los lineamientos estratégicos tradicionales de occidente.
En este sentido, Brasil, India y Sudáfrica van a seguir siendo buenos aliados de EE.UU. China y Rusia no quiere enfrentamientos. Pero lo que se está buscando es un camino alternativo que les permita ordenar el juego de poder internacional de una forma más responsable y participativa, de manera de evitar cualquier ‘mal uso' del poder internacional por parte de los países que ya han tenido las riendas durante casi todo el período de post guerra.
De esta forma, creo que si se logran limar asperezas, por ejemplo, entre Rusia, India y China, es posible que los Brics vayan tomando cada vez más cuerpo y presencia en el concierto internacional. Y tienen muchas posibilidades de lograrlo, sobre todo si se toma en consideración el hecho de que no están rodeados ni subyugados por todo el aparato burocrático que, por ejemplo, tiene Bruselas y la Nato. Su tamaño, población, participación en el comercio mundial su poder duro ,militar y geopolítico combinado ,es sin duda un contrapeso a EE.UU. La mayoría de los estudios cuantitativos soportan esta afirmación. En el BRICS se da una relación más flexible, descentralizada y mucho más moderna en el sentido de cómo se gestionan y articulan hoy día las concertaciones de políticas públicas internacionales en el contexto mundial.

-¿Qué lectura le da al hecho de que por primera vez -en la pasada Cumbre de Nueva Delhi- los países Brics se hayan pronunciado respecto de problemas políticos puntuales que se están dando en el contexto internacional?
-Creo que este ha sido un proceso gradual, donde los Brics se han ido posicionando como un referente alternativo al G-8, al G-20 y a las potencias tradicionales (Unión Europea, Japón y Estados Unidos). Ya hubo una señal clara, cuando asume Dilma Rousseff en Brasil, quien en su discurso ante Naciones Unidas expresa que la crisis europea requiere de una forma de resolver los problemas que tome en cuenta no solo los intereses de los europeos y de EE.UU., sino que contemple una mirada más general y en especial de los países Brics.

Casi de manera paralela, empieza a gestarse una suerte de alianza no escrita entre los países Brics, con el fin de pronunciarse sobre temas más contingentes, como has sido la crisis financiera europea, el caso de un reconocimiento de Palestina y las crisis en Siria y el Líbano. Es decir, también van asumiendo una mirada diferente respecto del acontecer mundial y sus posibles vías de solución. En ese sentido, esta tendencia va a seguir aumentando en el futuro y responde al mínimo común denominador de intereses combinados de países con enormes diferencias culturales, políticas y sociales, pero que más allá de esas disimilitudes, están unidos por una mirada distinta a la tradicional, lo que puede ser un gran aporte en aras de una mejor ‘gobernanza' a nivel mundial.

-Una de las principales críticas que se le hace a los Brics es su postura excluyente, sobre todo respecto de México. ¿Cree usted que esta política debiera cambiar en el tiempo?
-Uno de los temas abordados en el seminario que participamos en México y que dio como fruto el libro coordinado por el Doctor Oropeza, fue el análisis de cómo países que no forman parte de este grupo puedan de alguna manera participar en él. Lo cierto es que no hay en la actualidad una apertura sin límites al Brics. También es efectivo que Brasil ha llevado el liderazgo -en representación de América Latina- y, en ese sentido, ni Argentina ni México o Chile, han sido considerados para una posible participación.
Pero en el futuro no se ve como un bloque cerrado y es probable que a poco andar se vaya gestando una plataforma de participación de otros países, como también ocurrió, en su oportunidad, en el G-7, G-9 y G-20. Por eso creo que, precisamente, en la medida que países como México, Argentina y, por qué no, Chile, empiecen a mirar con interés a este fenómeno de los Brics, es factible que se comiencen a generar algunas formas de participación en este nuevo referente.

-¿Finalmente, se puede aventurar un futuro para los Brics?
-Lo que se observa es que el mundo europeo está llevando a un nivel de falta de influencia preocupante. Tenemos una Europa en recesión, muy dividida y con muchas crisis de gobernabilidad. También Estados Unidos vive su propia crisis con varios matices culturales, económicos, políticos y geopolíticos, se enfrenta a una reñida campaña presidencial y que ha mostrado fisuras internas hasta ahora desconocidas, con fuertes problemas en sus niveles de endeudamiento y con emblemáticos casos de corrupción.
En este escenario se están dando importantes vacíos de poder y eso sería nocivo si el mundo de grupos y actores más radicalizados se sintiera llamado a llenar estos vacíos, generando un clima bastante sombrío. En este sentido, creo que es muy importante el surgimiento de nuevas redes de cooperación Sus Sur y gestionar comunidades epistémicas, que puedan prevenir estos nuevos escenarios. Más allá de las enormes diferencias que los distancian los miembros del Brics, estos se unen entorno a lineamientos que harán posible mantener los actuales modelos y patrones de desarrollo generales, pero con importantes mejoras respecto de los esquemas tradicionales. Se avecinan nuevas formas de organización de la gobernanza mundial, mas horizontales, participativas y flexibles. Una nueva diplomacia sin diplomáticos, otro estilo de hacer política exterior y potenciar la imagen país, se esta tejiendo entre las potencias emergentes y los diplomáticos tradicionales deben modernizar sus estructuras y visiones para ponerse al día en el manejo de la gobernanza mundial.
"Keep the best and change the rest" es una nueva actitud innovadora pero realista que ya practican los países que tienen visión de futuro como es el Grupo Brics. Un interesante ejemplo a tomar en cuenta por nuestro país.

 

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