Profesor Eugenio Chahuán:

"El régimen de Bashar al Assad no tiene muchas alternativas"

"El régimen de Bashar al Assad no tiene muchas alternativas"

Aún cuando el Subdirector del Centro de Estudios Arabes de la Universidad de Chile afirma que avanzamos hacia la articulación de un nuevo orden regional, reconoce que la transición en Siria seguirá siendo lenta y compleja.

El enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Anna, se reunió en Damasco con el Presidente Bashar al Assad.
El enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Anna, se reunió en Damasco con el Presidente Bashar al Assad.

Según estimaciones de Naciones Unidas, más de 9.000 personas han muerto en Siria desde que hace 13 meses se iniciara el alzamiento prodemocrático que busca el derrocamiento de Bashar al Assad, Presidente que lleva 11 años en el poder.
Han sido, precisamente, estos hechos los que han motivado la reacción internacional y la propuesta de un Plan de Paz por parte de Naciones Unidas, entidad que designó a Kofi Annan como enviado especial quien, con la colaboración de la Liga Arabe para Siria, organiza el despliegue de los cascos azules que supervisarán el alto el fuego en el país.
Se prevé que 300 observadores integren el Mecanismo de Supervisión (UNSM), cuya misión será vigilar y consolidar el cese de la violencia "de todas las partes y en todas sus formas y la aplicación del plan (de pacificación) de seis puntos del enviado especial conjunto", como bien ha indicado Ahmad Fawzi, portavoz de Annan.
Este acuerdo detalla las funciones de los observadores en el cumplimiento de su mandato en Siria y las tareas y responsabilidades del Gobierno sirio a este respecto.
Pero aún cuando el alto al fuego ya está en vigor, éste no ha sido respetado por las fuerzas que defienden a Bashar al Assad.
"Sin lugar a dudas, estamos hablando de un régimen que está agotado. Pero también es importante destacar que ese agotamiento no va a significar que caiga mañana. Se trata de un proceso bastante complejo que, desgraciadamente, podría costar muchas más vidas y que, en este momento, no se tiene claro aún cuál va a ser su destino", afirma el subdirector del Centro de Estudios Arabes de la Universidad de Chile, profesor Eugenio Chahuán.

-¿A su juicio, en qué medida la integración de las facciones palestinas (Hamas y Fatah) y las reformas propuestas en Jordania, Emiratos Árabes y Marruecos, tendientes a prevenir la caída de sus regímenes, alteraron el juego político de Siria?
-Sin lugar a dudas el contexto, a partir de los acontecimientos de Túnez, la caída de Mubarak, etc., fueron generando una ola de protestas muy potente en la región pues, ciertamente, no hay ninguna sociedad que escape a las circunstancias de represión y de falta de participación democrática. Por lo tanto, diría que el caso sirio es una consecuencia de la pérdida del miedo de la sociedad civil frente a una estructura de poder. Y eso es lo que gatilló que se generara este movimiento, del cual no tenemos ninguna claridad respecto de cómo va a concluir.

-Su relación con Irán y su posición política en Medio Oriente hacen de Siria una nación compleja, estratégica y peligrosa. ¿En qué medida estos hechos condicionan las presiones provenientes del mundo occidental y que buscarían el derrocamiento de Bashar al Assad?
-En general , las potencias occidentales -y más específicamente estamos hablando de Estados Unidos- no hacen un cuestionamiento a los regímenes por su estructura política interna, sino que lo que aquí interesa es que sean aliados regionales. Y en este contexto, da lo mismo si son talibanes, si se trata de una monarquía como la marroquí o si estamos hablando de una seudo República, como muchas en esa región. Por lo tanto, el tema central tiene que ver, lamentablemente, con cómo cumple con los intereses particulares de las potencias, llámese gas natural, petróleo, etc.
Es cierto que se ha tratado de buscar una relación entre Irán y el régimen sirio, pero eso pasa porque en ambos países gobierna una tendencia de carácter religioso (muy próximos a la tradición chiíta) que los convierte en aliados.
Sin perjuicio de lo anterior, yo diría que Siria no representa una amenaza para los intereses norteamericanos, toda vez que es un país que no tiene petróleo y que no representa ninguna amenaza para Israel.

-¿Cuál sería -a su juicio- la estrategia del Gobierno sirio al comprometerse a dar cumplimiento al plan de paz propuesto por la ONU, el cual -en la práctica- no estaría acatando?
-Primero que nada, hay que decir que Siria es un país que está acorralado tanto interna como externamente, en el sentido de que la represión que llevó a cabo el régimen de Bashar al Assad no le deja muchas salidas. O sea, o termina como Gaddafi o termina como Saddam Hussein o, la tercera alternativa, conduce las reformas.
Ahora bien, en materia de presión internacional lo que se quiere es que se den las condiciones para que se establezca un gobierno de transición que vaya generando espacios a la población. Esto es lo que hasta ahora y en la teoría, ha aceptado el régimen sirio. Pese a ello, en la práctica continúa la represión.
El problema es que en este contexto, la oposición tampoco da garantías respecto de qué tipo de régimen podría asumir esta transición. Y esto no es menor, por cuanto se sabe que Arabia Saudita está financiando gran parte de la resistencia al régimen de Bashar al Assad. O sea, estamos hablando de que detrás de la oposición hay gobiernos no democráticos y, muchas veces, seguidores literales del Islam, donde no existen libertades personales y donde la mujer vive una discriminación muy potente.
También cabe destacar que existen intereses y conflictos muy importantes en la región. Tenemos la tensión turco-iraní, están los vínculos de Siria con El Líbano, el tema Siria-Jordania, etc.
Pese a todo lo anterior, estamos en condiciones de afirmar que avanzamos hacia la articulación de un nuevo orden regional, pero cuyos actores no están claros todavía.

El Plan de Paz

El Plan de Paz de la ONU para Siria se basa, fundamentalmente, en un alto al fuego inmediato, tanto por parte del Gobierno como de los rebeldes, y en la retirada de armas y equipos militares de los núcleos urbanos. Además, plantea el inicio de un diálogo entre el régimen y la oposición.

-El gobierno sirio aceptó los puntos neurálgicos del Plan de Paz, pero en la práctica no los ha cumplido. ¿Podríamos hablar de un fracaso de la iniciativa de Annan?
-Yo diría que no. Kofi Annan ha sido bastante cauteloso al plantearlo, pues de una u otra forma se quiere contar con el apoyo de algunos actores regionales. De hecho, se sabe que ya hubo contactos con Irán y conversaciones con los dos países del Consejo de Seguridad que, en cierta manera, se han opuesto a una intervención y condena al régimen sirio (China y Rusia).
En definitiva, creo que el régimen de Bashar al Assad no tiene muchas alternativas.

-¿Finalmente, cómo cree usted que evolucionará la situación de Siria en el futuro inmediato?
-De todas maneras van a generarse cambios, pues la política de represión no es sostenible en el tiempo. Pero como dije antes, en el futuro inmediato vamos a seguir asistiendo a un escenario muy similar al actual, con algunos tiras y aflojas, y con algunas "aperturas" del régimen de carácter bastante cosmético. Pero lo más importante es tener en cuenta que se trata de una transición política y como tal va a ser muy larga. No podemos esperar que después de 40 años de régimen liderado por la familia Assad, esto se resuelva en cuestión de meses.

 

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